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Potenciar la musculatura del cuello y la espalda ayuda a evitar recaídas en casos de hernia discal.

El ejercicio es indispensable para la rehabilitación de hernias discales y es el único método que ha demostrado ser efectivo para reducir el riesgo de sufrir recaídas en el futuro.  Los ejercicios beneficiosos para tratar la lesión de un disco intervertebral son aquellos que potencian los grupos musculares que intervienen en el movimiento que compromete a los discos y la espalda. En este sentido, conviene potenciar la musculatura del cuello y la espalda (paravertebral), glúteos y, en menor medida, abdominales.

 

Sin embargo, cuando ha tenido lugar recientemente una fase aguda de hernia discal con dolor, es conveniente aumentar las precauciones a la hora de hacer ejercicio. En las semanas siguientes al episodio doloroso hay que evitar las vibraciones intensas, como las que provoca una moto o un quad, y los movimientos de flexo-extensión y torsión bruscos, como los del tenis y el squash.

 

 

A la hora de practicar deporte como rehabilitación ante una hernia y para reducir el riesgo de posibles recaídas futuras, es importante conocer la frecuencia para no empeorar la lesión y tampoco quedarse cortos y que el ejercicio no surta ningún efecto. Como práctica general se recomienda hacer ejercicio no menos de tres horas semanales. En caso de que cualquier ejercicio desencadene o agrave el dolor, especialmente el irradiado al brazo o la pierna, debe interrumpirse.

 

Fundación Kovaks (http://www.kovacs.org/)

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