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El entrenamiento físico puede retrasar la disminución de la función cognitiva en pacientes con Alzheimer

OBJETIVOS:

Examinar los efectos del entrenamiento con ejercicios sobre la función cognitiva en individuos en riesgo o diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer (EA).
DISEÑO:

Metaanálisis
AJUSTE:

PubMed, Scopus, ClinicalTrials.gov y ProQuest se buscaron desde el inicio hasta el 1 de agosto de 2017.
PARTICIPANTES:

Diecinueve estudios con 23 intervenciones que incluyeron 1,145 sujetos con una edad media de 77.0 ± 7.5 fueron incluidos. La mayoría de los sujetos estaban en riesgo de sufrir DA debido a que tenían un deterioro cognitivo leve (64%) o un padre diagnosticado con DA (1%), y el 35% presentaba EA.
INTERVENCIÓN:

Estudios controlados que incluyeron una intervención solo de ejercicio y un grupo control no sometido a ejercicio y mediciones de la función cognitiva antes y después de la intervención informadas.
MEDICIONES:

Función cognitiva antes y después de la intervención y características de la intervención de ejercicio.
RESULTADOS:

Las intervenciones de ejercicio se realizaron 3,4 ± 1,4 días por semana a intensidad moderada (3,7 ± 0,6 equivalentes metabólicos) durante 45,2 ± 17,0 minutos por sesión durante 18,6 ± 10,0 semanas y consistieron principalmente en ejercicio aeróbico (65%). En general, hubo un modesto efecto favorable del ejercicio en la función cognitiva (d + = 0,47; intervalo de confianza [IC] del 95% = 0,26-0,68). Los análisis dentro del grupo revelaron que el ejercicio mejoró la función cognitiva (d + w = ??0.20, IC 95% = 0.11-0.28), mientras que la función cognitiva disminuyó en el grupo de control (d + w = ??-0.18, IC 95% = -0.36 a 0.00 ) El ejercicio aeróbico tuvo un efecto favorable moderado sobre la función cognitiva (d + w = ??0,65; IC del 95% = 0,35-0,95), pero otros tipos de ejercicio no lo hicieron (d + w = ??0,19; IC del 95% = -0,06-0,43).
CONCLUSIÓN:

Nuestros hallazgos sugieren que el entrenamiento físico puede retrasar la disminución de la función cognitiva que ocurre en individuos que están en riesgo o tienen EA, y que el ejercicio aeróbico posiblemente tenga el efecto más favorable. Se necesitan ensayos clínicos controlados aleatorios adicionales que incluyan mediciones objetivas de la función cognitiva para confirmar nuestros hallazgos.

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