Skip to content

Ejercicio físico en el anciano para evitar la «fragilidad»

La fragilidad es un síndrome geriátrico distinta de la discapacidad y la comorbilidad. Aunque poco definida, la fragilidad se manifiesta como una acumulación de déficits fisiológicos, incluidas las afecciones crónicas de la salud y la discapacidad física.

 

Independiente de la edad, la fragilidad predice la mortalidad, la hospitalización, la institucionalización, las caídas, y el empeoramiento del estado de salud (de Labra et al. 2015). Más de 1 millón de canadienses se consideran frágiles; esta cifra seguirá aumentando ya que la población envejece (Hoover et al. 2013).

 

La fragilidad es un síndrome clínico geriátrico causado por los déficits fisiológicos de múltiples sistemas. Estas deficiencias hacen difícil mantener la homeostasis necesaria para las exigencias de la vida cotidiana. El ejercicio es probablemente la mejor terapia para revertir el estado de fragilidad.

 

La literatura publicada hasta la fecha sugiere que, los adultos mayores pre-frágiles, aquellos con los déficits 1-2 expuestos en el Estudio de la Salud Cardiovascular – El Fenotipo Fragilidad (el fenotipo fragilidad-CHS), deben realizar el ejercicio 2-3 veces a la semana, durante 45-60 min. Deberían incorporarse los componentes de la capacidad aerobia, de la fuerza, de la flexibilidad y del equilibrio, pero debe hacerse hincapié en las actividades de la fuerza y el equilibrio.

 

Por otra parte, los adultos frágiles (el fenotipo fragilidad-CHS ≥ 3 déficits físicos) mayores deben realiar el ejericicio 3 veces a la semana, durante 30-45 minutos para cada sesión, con un énfasis en el entrenamiento aerobio. En el transcurso de la realización del ejercicio aerobio, del equilibrio y del entrenamiento de la flexibilidad, los mayores frágiles y los pre-frágiles deben trabajar a una intensidad equivalente a un índice de esfuerzo percibido 3-4 («algo intenso») de la escala de Borg CR10. La intensidad del entrenamiento de fuerza debe basarse en un porcentaje del máximo estimado de 1 repetición (1RM). El inicio del programa debe hacerse con el 55% de 1 RM (resistencia) y progresar a intensidades más altas de 80% de 1 RM (fuerza) para maximizar los beneficios funcionales.

 

El ejercicio es el medicamento para neutralizar o mitigar la fragilidad, preservar la calidad de vida, y restaurar el funcionamiento independiente en los adultos mayores en riesgo de fragilidad. La conclusión la que llegan los autores Nick y sus colaboradores (2016) es que la fragilidad origina una disminución de la calidad de vida de los adultos mayores, lo que provoca que estas personas se hagan dependientes de los demás. Además, los mayores frágiles son los que utilizan la mayoría de los recursos sanitarios, lo que constituye una carga económica para el sistema sanitario canadiense (Buckinx et al. 2015).

 

Al revertir la fragilidad a través de las intervenciones con los ejercicios que engendran la forma, los mayores permanecerán físicamente independientes y no frágiles a lo largo de un período de su vida útil. El ejercicio es la medicina que puede prevenir la fragilidad, así como revertirla.

 

 

Artículo publicado en su página de facebook por el Dr Juan Fco Marcos Becerro

Nick W. Bray, Rowan R. Smart, Jennifer M. Jakobi,* Gareth R. Jones . Exercise prescription to reverse frailty. Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 2016, 41(10): 1112-1116, 10.1139/apnm-2016-0226

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *