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Ejercicio en enfermedades reumáticas

El ejercicio físico puede desempeñar una función crucial en el tratamiento de las enfermedades reumáticas, en la optimización de la salud física y mental, en la mejora de la energía, en la disminución de la fatiga y en la mejoría del sueño. De esta manera, los músculos situados alrededor de las articulaciones afectadas aumentan la fuerza, disminuyen la pérdida ósea y mejoran el control de la inflamación articular, incluidos el dolor y la rigidez, gracias a la mejor lubricación del cartílago articular. Por otra parte, inmediatamente después de realizar el ejercicio, disminuye la ansiedad y mejora el estado de ánimo.

 

El ejercicio puede ser beneficioso tanto física como psicológicamente. La acción del ejercicio consiste en mejorar el trofismo muscular y la capilarización, y reducir la hipoxia muscular. Del mismo modo, promueve la secreción de las endorfinas y la de la hormona del crecimiento; aumenta la producción de la serotonina en el cerebro y activa los mecanismos adrenérgicos de inhibición del dolor.

 

La inactividad en los pacientes con enfermedades reumáticas es muy perjudicial, tanto física como psicológicamente. El ejercicio sugerido es el aerobio de intensidad moderada, adaptado al paciente y después aumentarlo lentamente a medida que mejoren de las condiciones. De hecho, en los pacientes con enfermedades reumáticas, la actividad física es un gran método para mejorar: el dolor, el sueño, el rango del movimiento, la coordinación del cuerpo, el equilibrio, la motivación, y la estabilidad funcional de las articulaciones. De igual forma, es capaz de reducir los puntos sensibles, aumentar la energía, disminuir la fatiga y además constituye una excelente estrategia contra el restrés.

 

Por otra parte, la actividad física es una buena manera de socializar, un excelente agente anti-estrés y el mejor método estético para nuestro cuerpo «mens sana in corpore sano». Según Giuseppe Musumeci (2015) todos debemos seguir el ejemplo de algunos países del norte de Europa, como Alemania, los Países Bajos, Suiza, Finlandia y otros varios, más sensibles a la prevención de las enfermedades a través del uso de la actividad física, donde el ejercicio moderado es un estilo de vida.

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