La mayor parte de los datos publicados han demostrado que el envejecimiento está muy influenciado por los procesos neurodegenerativos que originan la pérdida sustancial de la función sensorial, de la auditiva, y de la visión y disminuye el control motor asociado a la mala calidad de vida de la población de edad avanzada a nivel mundial.
Curiosamente, la prescripción de los ejercicios de fuerza, así cómo la adherencia a tales programas de ejercicio, también dependen de la intensidad del envejecimiento sensorial. Varios trabajos de investigación indican que las personas mayores que realizan el entrenamiento de fuerza disfrutan de muchos beneficios, especialmente en los aspectos que reflejan su vida diaria, incluyendo el trabajo, las habilidades y la autonomía. Kirk-Sánchez y McGough investigaron la relación entre la actividad física regular y las vías fisiológicas / metabólicas implicadas en la alostasis cerebral, en los beneficios neuroprotectores, y en las capacidades cognitivas en los mayores. Las alteraciones reológicas de la sangre, el aumento del consumo de oxígeno, la inhibición de los procesos inflamatorios vasculares, y la mejoría de las defensas antioxidantes que culminan, en la mejoría del estado redox de los músculos y de los tejidos neuronales se pueden considerar uno de los mecanismos propuestos.
Los ejercicios de fuerza son muy adecuados para las poblaciones de edad avanzada, pero los beneficios que van más allá de la ganancia de la fuerza no se conocen bien. Pocos estudios se han llevado a cabo en relación con los mecanismos necesarios por los que el entrenamiento de fuerza puede afectar al rendimiento cognitivo. Por lo tanto, el objetivo de éste estudio es investigar el efecto de 12 semanas de entrenamiento de fuerza en los índices antropométricos, en la forma física general y en las capacidades cognitivas de las mujeres mayores.
El presente estudio realizado por André de Camargo y sus colaboradores (2016) muestra que un protocolo de entrenamiento de fuerza aplicado durante 12 semanas a las mujeres mayores, incrementa el equilibrio, la flexibilidad, la fuerza de las extremidades superiores e inferiores, y aumenta el rendimiento cognitivo. En base a los resultados expuestos, se pueden recomendar los programas de entrenamiento de fuerza para las mujeres de edad avanzada, que tienen cómo objetivo mejorar la fuerza general y el rendimiento cognitivo (bajo la supervisión profesional).
André de Camargo Smolarek,1,2 Luis Henrique Boiko Ferreira,1,2 Luis Paulo Gomes Mascarenhas,1 Steven R McAnulty,3 Karla Daniele Varela,4 Mônica C Dangui,4 Marcelo Paes de Barros,5 Alan C Utter,3 and Tácito P Souza-Junior2,3. The effects of strength training on cognitive performance in elderly women. Clin Interv Aging. 2016; 11: 749–754. Published online 2016 Jun 1. doi: 10.2147/CIA.S102126 PMCID: PMC4896469
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