Se sabe que la enfermedad cardiovascular (ECV) ha alcanzado proporciones de pandemia en todo el mundo. Se la identifica como una de las causas más importantes de muerte en varios países, entre ellos EE.UU., el Pacífico y los países de Oriente Medio , China y Europa (Barakat et al, 2012 ; . Go et al, 2013 . ). Los factores que contribuyen a esta pandemia son: el tabaquismo, la actividad física / forma física, la presión arterial, la glucemia, el colesterol total, el peso y la dieta. De estos factores, también llamados medidores de la salud cardio vascular (Yang et al. , 2012 ), el nivel de la actividad y el de la forma física son una manera sencilla para estudiar las modificaciones de los factores de riesgo de ECV de una persona. Sin embargo, la disminución de los niveles de la actividad física es también uno de los problemas más frecuentes observados en los diferentes grupos de edad, que contribuyen a la pandemia de la ECV (Barakat et al. , 2012 ).
Según Grant y sus colaboradores (2013), es un hecho bien conocido, que el aumento de la capacidad física/ejercicio medido por la VO2max, produce la disminución del riesgo a sufrir la ECV ( Barakat et al. , 2012 ). Los individuos activos tienen la mitad del riesgo a padecer la enfermedad de la arteria coronaria que los muy inactivos. El ejercicio y el aumento de la forma física no solo ayudan a prevenir los factores de riesgo de la enfermedad, sino que también pueden tratar los problemas existentes, como los elevados niveles de la insulina, la hipertensión, la hiperlipidemia y la obesidad.
El vínculo entre la neuropatía autonómica cardíaca (el aumento de la actividad del simpático, y la disminución del parasimpático o una combinación de ambos), y las enfermedades cardiovasculares está bien establecido (Lahiri et al. 2008). La cuantificación de la actividad autonómica cardíaca y el control a través de la frecuencia cardíaca (FC) y la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC ) es conocida por proporcionar información pronóstica en las poblaciones clínicas. La FC se utiliza como un indicador de factor de riesgo de mortalidad CV y la VFC como un predictor de la evolución de la enfermedad ( Kannel et al, 1987 ; . Bravi et al, 2011 ; . . Sacha et al, 2013 ). La cuantificación de la VFC, que integra las influencias cardíacas simpática y parasimpática, es una medida compleja del sistema nervioso autónomo y de sus respuestas a los estímulos internos y externos (Lahiri et al . , 2008). Los temas relacionados con la estandarización y la interpretación (Grant et al. , 2011 ) de los datos de la VFC consideran a la utilización de la FC como un indicador del control autonómico cardiaco muy atractivo.
Es importante establecer si el concepto más complejo de la precisión de la VFC agrega valor pronóstico superior a las mediciones de la frecuencia cardíaca. En un esfuerzo por cuantificar la contribución de la FC al valor pronóstico de la VFC, el objetivo de este estudio fue investigar la fuerza de las asociaciones entre un importante indicador de la salud cardiovascular como la VO2 máx y la FC, así como entre la VO2 máx y los indicadores de la VFC. Los resultados muestran que al probar los indicadores normalizados, la FC explica el mayor porcentaje de los cambios en el VO2 máx ( 16,5 %). Por lo tanto, la FC es el predictor más importante de las modificaciones observadas en un indicador fundamental de la salud cardiaca como la VO2 máx. Estos resultados pueden indicar que durante la investigación de la capacidad del ejercicio ( VO2 máx ), la cuantificación de la VFC no puede agregar un valor significativo.
Catharina C. Grant,1,* Carien Murray,1 Dina C. Janse van Rensburg,1 and Lizelle Fletcher. A comparison between heart rate and heart rate variability as indicators of cardiac health and fitness. Front Physiol. 2013; 4: 337. Published online 2013 November 20. doi: 10.3389/fphys.2013.00337. PMCID: PMC3834240
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!